Nos dicta el corazón un cruel engaño,
se aferra a lo que hiere sin razón,
confunde la pasión con sumisión,
y arrastra su dolor año tras año.
Nos dicen que el amor es fiel y huraño,
que exige sacrificio y aflicción,
mas nunca han de enseñarnos la lección
de amar sin padecer fatal daño.
Mas hoy renace el fuego en la mirada,
se quiebra la cadena que oprimía,
y el alma ya no llora su emboscada.
El miedo se disipa con el día,
y en vez de un falso amor que nos degrada,
nacemos libres con la luz bravía.