La rutina despierta antes que el sol, susurrando en el silencio de la madrugada. Se cuela en los gestos conocidos: el café hirviendo, el agua fría en el rostro, el camino recorrido sin ...
En tus sendas voy, Señor, al encuentro, mi alma en el centro del pacto que soy. Tu luz me dio hoy
Father, you are all the defense I… A fortress unyielding, my tower of… Your love surrounds me like a fier… Guarding my heart from darkness th… Your presence soothes my fears, ca…
En la bruma del sueño me deslizo, un mundo etéreo ante mis ojos bril… las sombras danzan con suave deste… y el alma en su viaje busca el hec… Susurros de un tiempo que se desti…
En la quietud del alma, un leve su… se alza, como el vuelo de un pájar… Bajo el manto de sombras, mi espír… naufragar en la duda, sin rumbo pe… La luz que antaño guiaba mis pasos…
No fuimos al cine. No llegamos a sentarnos en la terr… El camarero no nos reconoció ni no… Se apagaron los letreros de neón y… Hablamos del frío, del alquiler, d…
En el silencio de la tinta y el pa… se forja un puente de pensamientos… donde el poeta y el lector, conten… se hallan en un prado, bajo el lau… Las ideas viajan, libres, sin trop…
La vida, un viaje de vaivén consta… A veces bella, cual aurora despunt… Mas otras, sombría, un manto que n… Pero a través del tiempo, un tesor… La inocencia de un niño, un faro d…
Granada llora en la Alhambra, sombra roja de la historia, sus torres guardan la gloria y el susurro de una alfombra. El río arrastra la sombra
A golpe de greda y fuego, modelamos nuestra historia, con las manos y el ingenio, creamos nuestras glorias . Con la greda, moldeamos,
Voy hurgando pecho adentro, por los silencios del alma, y le voy poniendo voces, e hilvanando las palabras. Escucho en la madrugada
En noches de furia y juventud, Embolsadas en un blues, El alma arde en un fuego cruel, Destilando lágrimas de luz. El corazón, un tambor desbocado,
No soy sombra ni lamento, no soy ruina ni condena, soy la brisa que se estrena en un alba sin tormento. Fui cadenas, fui desvelo,
En la quietud del atardecer, me vuelvo a mirar el sendero, donde mis pasos, sin querer, dibujaron mi vida entero. No hay huellas en la tierra,
Cerca del fuego, en la noche oscur… llegó un caballo de sombra y miste… Su piel era un velo de noche absol… negra su estampa, su aliento de in… Nada más negro que aquel ser calla…