Te envuelve la apariencia del candor,
mas nace de tu voz la indiferencia,
se quiebra en tu mirar la transparencia
y falta en tu caricia algún calor.
No sabes lo que es libre del temor,
te escondes en la lógica apariencia,
y usurpas con control la existencia
de aquello que no puedes ver en flor.
Persiste tu razón como una espada,
y siega cuanto brota en el instante
que alguien intenta hallarte la mirada.
Vives en el abismo semejante,
donde el temor se oculta tras la nada,
y el alma se deshace en cada amante.