¿Sabéis que el mundo tan horrible que sea,
o es nuestra mala fe la que lo afea?
Nuestra avaricia y vuestro egoísmo,
lo llenan de dolor y de abismo.
Nuestra violencia y vuestra crueldad,
crean un infierno de iniquidad.
Nuestra mentira y vuestra hipocresía,
envenenan el alma y la poesía.
¿Cómo podéis culpar al mundo exterior,
si sois vosotros mismos su creador?
Purificad vuestros corazones,
y el mundo se volverá un paraíso,
Un lugar de amor, paz y armonía,
donde la felicidad sea vuestra guía.