Tus labios cual filtro de hechicería,
Encienden mi carne, tersa y rendida,
Como una hoja mecida por la umbría,
Que al viento cede con su loca vida.
¿Qué elixir exótico tu beso esconde,
Que hace mi corazón latir tan fuerte?
Un filtro que me vuelve cual mar onde,
Y me transporta a un mundo de deleite.
Tus besos, néctar que mi alma embriaga,
Un brebaje que roba mi cordura,
Me pierdo en su sabor, dulce y de maga,
Como un marinero en alta mar oscura.
Oh, mi amor, tus besos tan cruentos,
Son el dulce veneno que me mata,
Pero es una muerte que yo busco sediento,
Porque en tu filtro mi alma siempre se exalta.