Un ratón con guantes blancos,
bailando en sueños de colores,
donde un castillo flota en nubes
y las estrellas cuentan amores.
Princesas cantan, príncipes luchan,
dragones surgen entre la bruma,
y hadas tejen con su polvo
los hilos dorados de la espuma.
Bosques que nunca duermen,
niños que jamás envejecen,
piratas que navegan los cielos
y sombras que con magia se crecen.
Un pato gruñón pierde sombrero,
un perro fiel ríe sin freno,
y un ciervo huérfano, tímido y leve,
encuentra familia bajo un trueno.
Aquí los sueños no tienen fin,
la música danza en cada esquina,
y el tiempo se dobla en un lazo eterno,
al compás de una melodía divina.
Es fantasía, un mundo encantado,
donde las penas se disipan al entrar,
y aunque volvamos al mundo real,
en el corazón queda su fulgor inmortal.