Amor que siempre enamora en su brillo,
brillo que brota sin dueño ni afán,
afán que en la penumbra se torna destello,
destello que en la sombra se irá.
La luna espera en su ronda paciente,
paciente como el latir del querer,
querer que es llama que nunca se apaga,
apaga el miedo, pero vuelve a arder.
Es amor que sueña y no olvida,
olvida que hiere y sabe sanar,
sanar en silencio, como un río escondido,
escondido, pero dispuesto a buscar.
Porque siempre en el alma amor mora,
mora como el eco que nunca se agota,
y agota las dudas con un beso lento,
lento, amor que siempre enamora.