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Elideth Abreu

Despues de las tormentas

 
 
Rugieron viejas tormentas,
pero el sol vuelve a brillar.
Aunque el alma esté sedienta,
queda aún por caminar.
 
Las heridas van sanando,
poco a poco, sin temor.
Y el ayer, aunque distante,
no apaga mi resplandor.
 
Cada día es un regalo,
un susurro de esperanza,
y aunque el mundo dé la espalda,
mi latido aún no cansa.
 
Las palabras que recibo
no se pierden en la red,
pues quien siente de verdad
hace eterno su querer.
 
La vida sigue cambiando,
pero aún hay que soñar,
pues quien lucha, quien espera,
siempre vuelve a comenzar.

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