Deseos peregrinos
Que no quiebre la duda la seda del instante.
Que firme se sostenga la voz de la certeza.
Que el alba no se nuble de sombras anhelantes,
que toda piedra puesta no frene mi promesa.
Alzamos nuestras vidas en frágil arquitectura,
tejemos con las horas la trama del deseo.
La sombra de la forma ya pierde su hermosura,
despierto de los sueños que el miedo me tejió.
Esmero de los días que rozan su misterio,
que templan con su pulso la esencia de la vida.
Dibujo mi presente con trazos de un silencio,
escribo cada sombra, la sombra compartida.
Que vuele sin cadenas la voz de la mañana,
que nunca el desaliento se asiente en mi camino.
Que cada nueva senda deshaga su maraña,
y brote, como siempre, mi paso peregrino.
