Bajo el fulgor del viento errante,
la noche susurra en profundo cantar,
donde el corazón aprende a amar,
y en cada estrella titilante
nacen secretos que nadie ha de nombrar.
El río murmura su historia callada,
el tiempo se atreve a huir sin parar,
pues entre los sueños se puede crear,
y en la corriente desatada
navega un deseo difícil de olvidar.
El cielo se abre en luz infinita,
el alma se eleva buscando admirar,
en cada instante se logra hallar
la esperanza que nunca marchita,
donde el vivir se convierte en amar.