Juntos, traspasamos el umbral
Del pecado, un camino fatal.
La tentación nos llamó con su voz,
Y caímos en su dulce foso.
Los límites morales se desdibujaron,
Y la pasión nos cegó la razón.
En un torbellino de deseos ardientes,
Nos entregamos a nuestros apetitos inminentes.
Las consecuencias llegaron como un maremoto,
Arrasando con todo a su paso.
El remordimiento nos atormentó,
Y el peso del pecado nos hundió en el foso.
Ahora, separados por el abismo del arrepentimiento,
Lamentamos el camino que tomamos.
Juntos cruzamos los umbrales del pecado,
Y para siempre, nuestras almas quedaron marcadas.