Cuando el cuerpo se cansa, y la mente grita basta,
Cuando el sudor nos empapa, y el aliento se agota,
Es allí donde comienza, la verdadera carrera,
La que separa a los valientes, de los que se rinden a la primera.
Correr la segunda milla, es ir más allá del límite,
Es desafiar al dolor, y al agotamiento infinito,
Es encontrar la fuerza, en lo más profundo del ser,
Para seguir adelante, y no rendirse jamás ante el pesar.
Es seguir avanzando, cuando todos se detienen,
Es luchar contra viento y marea, sin importar el bien o el mal que venga,
Es tener la determinación, de llegar hasta el final,
Aunque el camino sea cuesta arriba, y el sol queme sin piedad.
Correr la segunda milla, es vencer el miedo a fracasar,
Es dejar atrás las excusas, y enfrentar la realidad,
Es superar los obstáculos, que se presentan en el camino,
Con coraje y perseverancia, sin importar el destino.
Es encontrar la motivación, en cada respiro y latido,
Es sentir el fuego sagrado, que enciende el espíritu guerrero,
Es ser un ejemplo de fortaleza, para los demás,
Y demostrar que nada es imposible, con fe y voluntad.
No te detengas, cuando sientas que no puedes más,
Levanta la cabeza, y mira hacia el horizonte sin cesar,
Porque allí encontrarás la fuerza, para correr la segunda milla,
Y alcanzar la gloria, que solo los valientes saben conquistar.