Tus ojos, un mundo que no alcanzo,
un fuego que arde lento, despacio.
Te miro y me pierdo en el instante,
queriendo atraparte en cada destello brillante.
Sin tocarte, ya te siento mía,
mi amor navega entre luz y poesía.
Cada pestañeo es un susurro callado,
y en el silencio, te beso, a mi modo encantado.
Tu risa es mi noche estrellada,
tu voz, la melodía más anhelada.
¿Acaso lo sabes? Mi alma suspira,
y con mi mirada, tu corazón conspira.
No necesito labios para robarte,
ni caricias para conquistarte.
Basta mi ansia, mi piel encantada,
y estas ganas de comerte a besos...
solo con la mirada.