CANTO DE LUZ Y ROCÍO
¡Fulgor en todo mi pecho;
la brisa leve del alba
susurró con dulce lecho!
No fue rocío del cielo
el que besó mi semblanza,
fue un rocío de estrellas,
rocío de estrellas blancas,
de pétalos temblorosos
y tallos llenos de savia.
Ramas de la Flor de Luna,
hojas de la Flor de Luna,
flores de la Flor de Luna,
llevan aroma de agua.
Yo no sé
si en otro rincón del tiempo
el murmullo de los ríos
canta con la Flor de Luna;
nunca dejé los senderos
de mis campos susurrantes,
de dorados limonares
y cielos de nubes suaves.
¡Flor de Luna, Flor de Luna,
te estreché contra mi alma
como a un sueño iluminado;
hundí mi ser en la tibia
ternura de tus corolas;
y con los ojos cerrados
bebí tu aliento callado!
Oh, susurro del rocío,
canto oculto de fragancia,
hablas sin decir palabra
y acaricias más el alma!
