El abrazo es un suspiro,
un encuentro de dos almas,
donde el tiempo se detiene,
y el silencio se hace palmas.
Es la danza de los cuerpos,
un refugio en la tormenta,
un susurro en la brisa,
que en el pecho se alimenta.
En la calidez del instante,
se despliegan los anhelos,
como estrellas que titilan
en la noche de los cielos.
Cada latido es un verso,
cada mirada, un poema,
un lenguaje sin palabras,
que en el alma se hace tema.
Es que en la magia del abrazo,
se entrelazan nuestros sueños,
y en el eco de este gesto,
vivimos mundos risueños.