Bendecidas Estaciones!
En el jardín de mis sueños,
las rosas florecen vivas,
y aunque las penas esquivas,
se ocultan tras sus leños.
Sus pétalos son pequeños
recuerdos de un gran amor,
que en su fragancia y color,
traen a mi mente el pasado,
donde todo era dorado
y eterno su resplandor.
Bajo el cielo de verano,
los días pasan ligeros,
y en sus rayos tan sinceros,
veo el futuro cercano.
Sosteniendo lo lejano,
las estrellas son testigos
de esos secretos amigos
que guardo en mi corazón,
y en cada nueva canción,
reviven nuestros antiguos.
El otoño ya se asoma,
con sus hojas amarillas,
y en sus tardes sencillas,
mi alma se siente en coma.
Cada brisa es una broma
que juega con mi memoria,
trayendo la vieja historia
de tiempos de juventud,
donde el amor y la virtud
escribieron nuestra gloria.
Invierno con su blancura,
cubre todo en su manto,
y aunque el frío es un quebranto,
me da paz y me asegura.
En su nieve pura y dura,
veo reflejos de vida,
de una llama encendida
que nunca se apagará,
pues en el alma estará,
como una flor escondida.
Y llega la primavera,
con su canto de renuevo,
y en cada brote me elevo,
sintiendo que todo espera.
La esperanza es mi bandera,
y en su verde resplandor,
me lleno de nuevo amor,
dejando atrás lo perdido,
porque sé que en el olvido,
renace siempre el ardor.
