El ruido de las monsergas
Palabrería sin fin, un torrente de vanidad,
promesas vacías que se esfuman en la inmensidad.
Discursos rimbombantes, un teatro de falsedad,
donde la verdad se oculta, en la farsa y la hipocresía.
Los políticos, marionetas, con hilos invisibles,
danzan al son de la ambición, con intereses inútiles.
El pueblo, espectador pasivo, en un juego sin sentido,
donde la esperanza se desvanece, en el vacío y el olvido.
La monserga política, un ruido ensordecedor,
que ahoga la voz del pueblo, en un silencio atemorizador.
Las leyes, como telarañas, para atrapar al débil,
mientras los poderosos se burlan, con una sonrisa cruel.
¿Qué sentido tiene la lucha, si la justicia es un espejismo?
¿Qué esperanza queda, si la verdad se ha vuelto un delirio?
La monserga política, un veneno que nos corroe,
un cáncer que nos consume, en un futuro incierto y sombrío.
Es hora de despertar, de romper las cadenas,
de alzar la voz y luchar, por un mundo sin engaños.
De construir un futuro, donde la verdad reine,
y la monserga política, se convierta en un recuerdo lejano.
