Oh cantor de los valles de luz interminable,
tu voz surca los cielos cual ave en su ascenso,
en tu canto se oculta un amor implacable,
y en tus versos se escucha del alma el suspenso.
Eres río que besa la orilla callada,
un torrente de sueños que nunca se agota,
la penumbra se torna en aurora dorada,
cuando brota tu canto que el mundo denota.
Tus estrofas son liras de ardientes pasiones,
que en los campos retumban cual himnos de vida,
y el eco de tu arte, en mil generaciones,
será llama que arde, jamás extinguida.
Oh poeta del pueblo, de miel y ternura,
tus acordes resisten la fiera tormenta,
y tu nombre, grabado en la tierra más pura,
es un canto que el tiempo jamás desalienta.