Bajo la luna clara, el mar suspira,
sus olas rompen suaves en la orilla,
y el viento lleva al aire su sencilla
melodía, que al alma se le inspira.
Las sombras bailan lentas en la pira
del cielo oscuro, que de estrellas brilla;
y el tiempo, con su mano, se arrodilla
ante el susurro eterno que se estira.
Y la noche en calma nos envuelve,
y el silencio del mundo nos recita
historias que el destino nos resuelve.
La luna, en su fulgor, jamás se agita,
y aunque el ciclo de todo se disuelve,
su luz inmortaliza lo que invita.