De voz profunda como el trueno,
Cantaste al pueblo, sus anhelos.
Tu canto era un arma, un escudo,
Contra la opresión y los desvelos.
Sus versos, cual guitarra herida,
Lloraban por los desposeídos.
Y sus melodías, como brisa,
Traían esperanza a los abatidos.
Mercedes, tu voz seguirá sonando,
En cada plaza, en cada corazón.
Inspiración y guía para todo el mundo,
Que lucha por la justicia y la razón.
Tu canto nos recuerda que la esperanza,
Nunca se extingue, aunque soplen vendavales.
Que la lucha por un mundo mejor,
Es nuestro deber, nuestras batallas finales.