Dorado es el alba que besa la tier… el sol que despierta con luz celes… es chispa que brilla, que nunca se… y en todo reluce con brillo inmort… Dorado es el trigo que danza en lo…
Varados en las costas de la sed, náufragos sueñan con tu fruto, oh… Azucenas palidecen de envidiar tu sol, tu viento, tu sabor sin pa… Estrellas fugaces se extinguen al…
En la tarde de Córdoba eterna, donde el olivo sueña al compás del… brotan suspiros de mujer morena, flor de azahar con un alma de mist… Velos de sombra envuelven sus ojos…
El hielo centellea como un río de… y John, con su elegancia de cóndor… desliza su destino con ágil movimi… dibujando en la pista mil giros y… Sus patines relucen con filo de di…
En el campo de ecos y sombras, donde el viento silba historias de… las hojas caen como soldados, en una danza de otoño y quebranto. La tierra, herida de tiempos y luc…
Viajando tras sus pétalos tronchad… Busca el aroma que un día perfumó. Hojas marchitas, sueños destrozado… Un jardín marchito donde el amor m… Los pétalos que un día fueron bell…
Un coche pasa, un destello en la curva, y tras el cristal empañado los ojos de un niño nos atrapan. ¿Qué imagina en ese parpadeo?
(Silencio. Una figura se inclina sobre un ataúd. La voz del padre, quebrada, emerge entrecortada por la tristeza, a veces como un susurro, a veces como un grito contenido.) De todas las...
Febrero, amante ardiente de soles… te vistes de rocío con brisas perf… Tus días van danzando, fugaces y a… teñidos de celestes y alondras enc… Del beso de la aurora renace tu al…
En páramos salvajes, bajo cielos g… mi alma vaga libre, indómita y fie… El viento susurra secretos ancestr… mientras la niebla envuelve la pra… Solitaria camino entre brezos y he…
Resurgen mis ilusiones, mis deseos, mi pasión. Se avivan los corazones con la luz de una canción. Mi vida encuentra su rumbo,
Oh, suspiro virgen, mi aliento anh… Aspirarte, ¡oh Musa, mi ansia! A tus pies postrado, el alma vela Mientras mi pasión crece con insta… Susurra tus secretos en mi oído,
En esta tarde de ocaso dorado, Cuando el sol se funde con el prad… Te acojo con brazos extendidos, Como sueño largamente anhelado. Pasaron lunas, auroras sin cuento,
En la vorágine del viento, donde las sombras se desgarran, habita el grito de la tierra, rugiendo en el eco de las almas. Oh, patria de sangre y llanto,
En la esquina, sorbiendo café frío… estaba Homero, ciego y distraído, cuando Neruda entró con aire braví… “Dime, anciano, ¿qué es del verso… Homero, confuso, se rascó el pelo: