“La ciudad es un lago de cenizas
donde se ahogan los días
en un mar de gritos y de lamentos
que nadie escucha ni entiende
Los edificios son tumbas de piedra
donde yacen los sueños muertos
y las calles son una red de venas
que laten con sangre de hierro
La gente camina con los ojos bajos
como quien busca algo en el suelo
pero no encuentra más que polvo y basura
y el olor a muerte que nos rodea
Pero yo canto a la ciudad maldita
a esta Babilonia de cemento y hierro
donde late un corazón de piedra
y donde la esperanza es un mito
Yo canto a la multitud que se apiña
en las esquinas y en las plazas
donde se venden ilusiones y mentiras
y se compran sonrisas y lágrimas
Yo canto a la ciudad que nos consume
a esta bestia que nos devora
con sus dientes de acero y fuego
y su aliento a gasolina y muerte”