Aves Cantoras
Cantores del alba, joyas aladas,
con trinos que besan las ramas calladas.
Vuelan al viento, guitarras de plumas,
bordando el cielo con notas y brumas.
Gorjea el jilguero, un sol que despierta,
la calandria danza, su canto se oferta.
El mirlo recita poemas al río,
y el zorzal contesta con tonos de estío.
En la espesura, un coro se alza,
sus voces son ríos, cascadas sin pausa.
Las hojas se mecen, un público fiel,
aplauden sus verdes bajo el carrusel.
La alondra eleva su himno al rocío,
su canto es estrella que guía al navío.
El petirrojo, con pecho de llama,
enciende la brisa que al bosque proclama.
Oh, aves canoras, poetas del aire,
con alas escriben lo eterno y lo efímero en el laire.
Que nunca se apague su dulce concierto,
ni el eco que vive en cada desierto.
Canten, canten, seres divinos,
pues llevan la música en sus destinos.
Su coro nos une, nos llena de vida,
y en sus melodías, el alma se anida.
