Cuando yo me muera, sepúltenme aquí,
Bajo la arena, con mi guitarra al lado.
Que suene su música, su melodía en mí,
Mientras las olas cantan su suave legado.
El mar será mi tumba, mi eterno sonar,
Susurrando secretos en cada nota que vibre.
Las gaviotas danzarán, su vuelo singular,
Y el sol pintará el cielo con su luz libre.
La arena me cubrirá, sus granos como sal,
Protegiendo mi sueño, mi espíritu en reposo.
Las estrellas serán mis faros, guiando mi astral,
Y la luna mi faro, mi guía en el foso.
Cuando yo me muera, no lloren por mí,
Solo escuchen mi guitarra, su canto de esperanza.
Porque en cada acorde, mi alma vivirá,
Un eco eterno, una melodía sin danza.