Te buscaré en la brisa que susurra el secreto de los tiempos intactos… en el murmullo dorado del alba donde la promesa cobra vida. Serás el eco de mis latidos,
Brotó la luz en campos florecidos, susurros de la brisa enamorada, y el aire va de rosa perfumada, dejando corazones encendidos. En verdes sueños, mágicos, perdido…
Doña Prudencia se fue de parranda… Dejando al marido sin ropa interio… Él salió a buscarla en calzones de… Causando en las calles tremendo fu… El cura del pueblo se unió a la fi…
En la niebla densa, destellos de l… Como estrellas fugaces, iluminando… Fogosamente plena, el alma en efer… Un torbellino de emociones, un fes… El corazón late con fuerza, como u…
Bajo el cielo azul, el viento ligero, baila el jazmín fiel en un mundo entero. Susurra el abeto,
Tu alma vasta, fuente de belleza, Fluye generosa como un fresco río. Elevas el amor con tu pureza, Corriendo por tus venas sin hastío… La poesía florece en tu corazón,
En un reino donde la locura florec… Donde el sinsentido y la ignoranci… Surge un sabio, un alma iluminada, Buscando la verdad en la noche est… Entre necios que ríen de sus palab…
Quisiera ser el pulso que recorre… La sangre que transporta tu anhela… El sol que ilumina tus sombras con… Las praderas que acaricia el vient… Ser el beso que inflama tus labios…
En el umbral del crepúsculo, las s… susurran secretos las hojas al vie… y en la penumbra, el eco distante de voces antiguas que el tiempo em… La bruma envuelve los sueños dormi…
Lento, cual hojas al caer otoñal, Mi corazón se marchita en el dolor… Del viento que tus palabras murmur… Susurran despedidas, un amargo adi… En tus palabras, el aliento del fi…
María en la cuna, Rosalía en versos, Rita entre sombras, un nombre en destierro. Creciste en el viento
Me hubiera gustado conocer a Jesu… Me hubiera gustado conocer a Jesu… sentarme a su lado, mirarle de cer… ver en sus pupilas un fuego distin… sentir su palabra tan honda y tan…
En el susurro de la noche, donde el silencio es un canto, tu mirada es un refugio, un abrazo en mil palabras. El roce leve de tus labios,
Cómo arrancarte del pecho, hijo mí… si el eco de tu risa aún vive en e… si el sol que acaricia la mañana d… parece llevar tu esencia escondida… Cómo aceptar la cruel despedida,
Cinco minutos bastan, oh Santo Espíritu divino, para encender en mi pecho tu fuego puro y eterno. En el primer minuto,