Que el filo de la vida rompa el hilo,
desgarre mi penumbra y mis abismos,
me arrastre por los vértices del tiempo,
me hilvane entre dolores y esperanzas.
Soy lanza que se quiebra en mil fragmentos,
un cántico que duele en su latido,
tejido de memorias y de ausencias,
un laberinto abierto en mis entrañas.
En cada hilo que trago soy de nuevo,
la herida cicatriza, pero canta.
Renazco de la trama que me envuelve,
con manos hechas fuego y luz de antaño.
Soy Ariadna y el hilo es mi destierro,
mi viaje es ser mujer en mi constancia,
mi nudo es la memoria de mi cuerpo,
mi paso es el vaivén de mil batallas.