Argéntea calma, dosel de mis noches,
Tu resplandor plateado me envuelve,
En tu manto lunar me sumerjo,
Mientras el mundo en sueños se resuelve.
Tus rayos de plata acarician mi piel,
Mientras duermo en tu abrazo celestial,
Me envuelves en un halo de serenidad,
Y disipas las sombras de lo terrenal.
En tu silencio nocturno encuentro paz,
El corazón se aquieta, la mente se aquieta,
Bajo tu luz, mis pensamientos se desvanecen,
Y el mundo exterior no tiene cabida.
Eres testigo de mis más profundos anhelos,
En tus noches estrelladas encuentro consuelo,
Contemplando el firmamento, sueño despierto,
Buscando respuestas en tu manto de misterio.
Argéntea calma, guía de mis sueños,
Tu presencia ilumina mis caminos,
En tu brillo eterno encuentro refugio,
Y en tus noches, encuentro mi destino.