En el vasto horizonte de la creación,
donde los versos danzan con devoción,
surge una belleza que trasciende la piel,
un alma grande y generosa que revela su ser.
Fluye como río de amor y compasión,
con la esencia divina en sus venas en acción,
pulsando cada latido con dulzura y fervor,
regalando al mundo su poesía, su candor.
Sus palabras son pétalos de flores en el viento,
que acarician el alma y llenan de contento,
su pluma es pincel que dibuja emociones,
creando instantes eternos, llenos de ilusiones.
En su pecho arde el fuego de la inspiración,
que a través de versos despierta la emoción,
la poesía fluye como savia divina,
nutriendo cada verso con amor y disciplina.
Es un ser bendito, un arquitecto de rimas,
que construye castillos en las alturas más finas,
cada palabra es un ladrillo de poesía,
que edifica sueños y llena de melodía.
Oh, alma grande y generosa,
que en cada verso deja una huella valiosa,
tu belleza trasciende los límites del arte,
y en tus versos se encuentra una joya delirante.
Que siga fluyendo tu esencia sin cesar,
que tus versos sean faro, guía y mar,
y que en cada poema se pueda encontrar,
la grandeza de tu alma, por siempre brillar.