Alegría y Pena oculta
La alegría es pena oculta
tras un velo de colores,
disfrazando los dolores
que la vida nos consulta.
Aunque el alma se exulta,
lleva en su seno una herida,
y en su marcha repetida
solo es eco del quebranto,
pues se esconde siempre el llanto
en la risa más florida.
Caminamos con empeño,
persiguiendo la ilusión,
pero el peso del rincón
nos convierte en triste sueño.
Cada gozo es un pequeño
resplandor que se disfraza,
más el duelo siempre abraza
y nos cubre con su manto,
pues no existe amor ni encanto
sin que el alma quede escasa.
Este poema refleja una visión melancólica de la alegría, sugiriendo que en realidad es una máscara que oculta el sufrimiento inherente a la vida. La idea de que “sobre la tierra no hay más que dolores” implica una perspectiva pesimista, donde el sufrimiento es la verdadera esencia de la existencia, y la felicidad es solo una ilusión temporal o una estrategia de supervivencia.
El poema juega con la dualidad entre lo aparente y lo real: la alegría como una construcción artificial frente a la tristeza que parece ser la única constante. Esta visión podría estar influenciada por corrientes filosóficas como el existencialismo o el pesimismo filosófico, que exploran la inevitabilidad del dolor humano.
