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Elideth Abreu

A Carmen Martín Gaite (Soneto)

 
Bordaste historias con hilván dorado,
tejiendo sombras, voces y memoria,
y en cada letra hallamos tu victoria,
relato eterno, pulso sosegado.
 
Cronista audaz de un tiempo desolado,
mirada fiel que ahonda en la escoria,
testigo firme de la vana euforia
de un mundo herido, roto y olvidado.
 
Salamanca en la sangre, en la escritura,
las plazas y las sombras de la gente,
el eco de un ayer que aún perdura.
 
Tu prosa es luz, refugio permanente,
abraza el tiempo y nunca se aventura
a ser ceniza. Vives, persistente.

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