#EscritoresMexicanos (1977) Circuito Pausa interior mínima
Nuestras Vidas Son los Ríos Que van
Uno pierde los días, la fuerza y e… el cálido amor a la mujer cálidame… la voluntad de vivir, el sueño y e… uno va por ahí, antorcha, paz, lum… deseos ocultos, lleno de locura y…
Regularmente Hago Una Vida Bastante
Amor mío, embellécete. Perfecto, bajo el cielo, lámpara de mil sueños, ilumíname. Orquídea de mil nubes, desnúdate, vuelve a tu origen,
No la veo; no me baña su doloroso… ni la oigo correr sobre las piedra… ni mis manos la tocan, ni mis cabellos se oscurecen, ni siquiera mis huesos se ponen am…
Gentil, justo y resuelto... Duerme bajo las rosas. Rosas de Hyde Park: las rosas de su sueño. Gentil, justo y resuelto,
Te saludan: los árboles y las banderas triunfa… los pájaros y los ríos del pueblo, las ágiles canciones del pionero, las películas a colores y las foto…
Claro está que murió —como deben morir los poetas, maldiciendo, blasfemando, mentando madres, Claro que así murió y su muerte resuena en las malditas habitaciones donde perros, orgías...
.Nació En Silao. 1914. Autor De versos
Lo fugaz ha transcurrido como un día lamidísimo. La orquídea padeció dulcemente lo suyo, bajo una hoguera constante y el breve, nervioso incendio de un clavel que no reventó a tiempo. S...
Estar simplemente como delgada car… como huesos y aire cabalgando en e… como un pequeño y mustio tiempo duradero entre penas y esperanzas… Estar vilmente atado por absurdas…
Causadora de secretos yerros Enemiga de honestad Ligera emerges de la malvada espum… Y zahareña pasas bajo arcos triunf… Traspasada de luces meridianas
Este lánguido caer en brazos de un… esta brutal tarea de pisotear mari… este pensarse árbol, botella o cho… huella de pie dormido, navaja verd… este instante durísimo en que una…
En el taller del alma maduran los… crece, fresca y lozana, la ternura… imitando tu sombra, inventando tu ausencia tan honda y sostenida.
Tú no veías el árbol, ni la nube n… Ya tus ojos la tierra se los había… y en tu boca de seda sólo un poco… fugitiva de rosas, y un lejano sus… No veías ni mi boca que se moría d…