Poesía Japonesa
El amor se desdobla entre el día y la noche tu amor se ha convertido en el temor de unos celos perverso… Me gustaría que me amaras
Lágrimas negras que caen suavemente por MI cara, sangrante corazón, que late al ritmo
Rumor del agua en el oscuro bosque. Brillan luciérnagas. Alimentándose del néctar de las flores.
Soy la tinta indeleble de un sensu… bajo la carne y la piel de mí cuer… se convirtió en llama ardiente...… Es ligera caricia, el óleo en mi piel escrito con tu sangre,
¡Bendito seas! Contigo no hay miedo, hasta dormido me envías cartas de amor, ¿cuándo la escribiste?
“Las personas ya no pueden volar”… Nos han quitado las alas, nos han atado a grandes bloques de… Nos han hecho seres iguales vestimos igual, seguimos las tende…
Debes aprender en la noche eterna, a recordar las palabras del amor que dijiste que me tenías. No dejes que la oscuridad te lleve y sea tu dueña,
Deseo que bailes tu vida que la hagas música donde tus pasos vayan más allá del horizonte más allá de los besos olvidados
En los riachuelos dejé mi alma nadar, ¡Incierto viaje! Casas pintadas reflejos en la mar,
Flores almendros Japón en primavera cumbre nevada
Surge una sonrisa entre la niebla de la vida, que se va evaporando, dejando ver tus ojos antes silentes, ahora
En el requiebro de ese pasional tango tú y yo pegados danzando en el camino de la nostalgia.
Mis labios trémulos comulgan en tu boca carne y deseo el fuego de mi sangre cerezas de tu vértigo.
Siempre estaré te quiero junto a mí aunque la vida se haga noche y la lluvia de fuego me queme. Porque te amo
Los dementes sonríen a la luna dicen que tienen algo especial en la mirada, como la mía cuando te mira. Todo sueño tiene su realidad