POESÍA JAPONESA
En el salón mirando la tele te observo, nosotros guardamos otra cuarentena. Mi mente masturba los pensamientos solitarios
Jugábamos a besarnos, sentir como… Golpes de lluvia en la ventana, me… Tú ya no estás, aquel accidente, t… Una lágrima ha rodado,¡cuánto te a…
Hilos de ternura Besos con chasquido. Hilos para poder coser el pasado, hilos de seda en tus ojos, hilos en tus manos,
Larga la noche las libélulas danzan campos susurran Bosque frondoso cascada cristalina
Una vez en la playa del fin del mu… El aroma del mar miente cuando env… El mar nunca podrá borrar las marc…
El amor niegas, te amaré por los dos. Buscaré tu alma. Como esmeraldas son tus ojos amantes.
Ella es la rosa carmesí de quien extraigo mi pasión, sus hermosos pétalos se abren ante mí ofreciéndome su aroma. Ungiré mis labios,
La niña andaba entre la nieve con un vestido rosa, destacaba en aquella blancura, un hombre que estaba en el bosque intentando cazar al oso que mataba sus ovejas, la vio y le pregunto: ...
Siempre dudando de mi lucha siempre riéndote de mi trabajo por… siempre comparándome con otros ser… siempre luchando contigo. Mi alma está llena de heridas
Mis manos se encogen con el dolor de los huesos machacados, solo queda polvo blanco. Mis letras quedan dentro de mí,
Tiene la novia deliciosa sonrisa. Otoño cálido. Posee el sari estilo bengalí.
El amor no se mide por cuantas veces te dice te amo, se mide en los destellos dorados de tu mirada. Y da igual que seamos tan diferent…
Cae muy suave un poema en la nieve. Silencio blanco. Luna en la noche recopilando sueños.
Mis labios trémulos comulgan en tu boca carne y deseo el fuego de mi sangre cerezas de tu vértigo.
Que se te caiga la venda, mujer, deja que se te caiga. Enséñale al viento tus heridas. Deja que sanen,