POESÍA JAPONESA
Crucé puentes más allá del horizonte, más allá de la muerte, dónde muros me impedían ver la vida,
Hay distancias que se funden en un apasionado beso. Cierras los ojos y sientes que tu piel se funde con la de él.
No he llegado a conocerte no me has dejado siempre ese no, como si no hubiese otra palabra en el mundo.
En la consentidora noche habanera maracas y trompetas ardiendo una muchacha me da una invitación a pecar bailando Ch… La alegría recorre la sala
Me miras vida tús ojos tan brillantes pasión del alma las yemas de tus dedos en manos firmes
La flor de la Jacaranda es una copa de vino afrutado, algo curvada, como un beso que se vuelve mordida. Pétalos que son abrazos,
Te fuiste sin mirar atrás te dio igual romperme el corazón siempre creí que éramos felices pero fingías. Ahora miro mis cicatrices
Rumor del agua en el oscuro bosque. Brillan luciérnagas. Alimentándose del néctar de las flores.
Agüita recorriendo tus muslos agua bajando por tu espalda tan bo… riachuelos suaves en tus pechos acariciando tus pezones. Agua que lame despacito
Recuerdos me vienen de cuando fuiste mío ahora muero al pensarte en aquel bosque. Tú me hacías versos
Ella sabía desde hace mucho que él… no sabía cómo, pero lo había soñad… un sueño cualquiera, ¡no! Ella vio… Observó su casa a oscuras yaciendo… mientras él la miraba. Empezaba a…
Horas de papel ilusión tatuada y piercings refulgiendo a medianoche, una cerveza en el garito con luces de los setenta de neón.
La noche huele a primavera, a piedra fresca, y a humo lejano de hojarasca. Huele a gato, a farola, a silencio y a montaña.
Ay, esta enorme alma fiera que me mata que me lleva hasta el azul que me eleva haciéndome prisionera. Vuela, vuela, esclava
Estaba perdida entre el mar y la t… estaba perdida en el amarillo del… Estaba perdida y de pronto te vi a… Ato los trozos rotos de mis pulmon… con la esperanza que me diste