¿Por qué, si tanto amor estoy sintiendo
y amor es bien parejo a la alegría,
tengo que sufrir tanto, que no hay día
que no vea a mis penas ir creciendo?
Por más que pienso en ello, no lo entiendo
y creo que si el alma se me enfría,
también estoy seguro que estaría
mi corazón ardiente y padeciendo.
Terrible paradoja que me hiere
y agranda mis dolores y mis goces
a un tiempo. Es amor que nunca muere,
porque aguanta impávido los roces
de todo lo que al alma se refiere,
siendo al tiempo el silencio dando voces.