Feliz está una flor muy tempranera
que en la mañana, cuando el sol asoma,
exhala lo más rico de su aroma
dando la bienvenida, retrechera,
como encarando al astro, y zalamera,
cuando le ve salir tras de la loma,
para decirle que el color lo toma
de la hermosura que su luz libera.
Igual te pasa a ti, que nos envías
solícita la luz de tu interior
y a quienes te conocen les confías
amablemente y con visible ardor,
el corazón que tienes, por las vías
propias de la amistad y del amor.