Muestra siempre tu cara positiva
a la gente y que sea como espejo
de lo que en tu interior llevas anejo,
para que de este modo lo reciba.
La parte que resulte negativa,
que camine hacia atrás como cangrejo
o se convierta en ese barco viejo
sin timón que navega a la deriva.
Que lo bueno te luzca y resplandezca
por encima de todo lo demás
y con tan simple acción contribuirás
a que lo bueno y agradable crezca
y multiplique por el ancho mundo
y se vean sonrisas en abundo.