Qué culpa tengo yo de ser así,
de ser de los demás tan diferente
y ser tu pesadilla permanente
ya desde el mismo día en que nací.
Quiéreme como yo te quiero a ti,
que por ello me encuentras tan sonriente
y mi rostro te juro que no miente,
porque ni una mentira cabe en mí.
Ya ves que soy dechado de ternura
y niño/a voy a ser la vida entera
para hacerte feliz, tal es mi anhelo,
¿no ves que estoy tan lleno/a de dulzura,
como no puede ser de otra manera,
por ser un ángel que llegó del cielo?