La gata, el atril y la ventana
La gata
no apunta a la ventana
como así lo hace el atril.
Ella duerme sobre la silla
vieja y marrón
con marcas de sus uñas
y arreglos de los usos.
El atril
que apunta a la ventana
refleja en la pared
su sombra.
No tiene partituras
tal vez por destino
pero si tiene tierra
tal vez por abandono.
Sólo queda
hablar de la ventana.
Una ventana
con cortina
una cortina
que tapa una ventana.
Basta descorrerle el velo
y ver qué hay más allá.