Christian Sanz Gomez

Pudiese ser la felicidad

Feliz el que lleva su música dentro y descree
de las glotonas y tramposas voces de la multitud.
Feliz el que se abstiene de bagatelas y tan solo
conversa con el cielo. Feliz el rodar solitario.
Legiones de opulentos idiotas cotorrean
por los pasillos del Imperio, hermoso será pues
morir contra la patria. Dicen devorar fuego:
apenas se abrasan el hocico. Apártate y huye,
muere en los fogonazos de tu patricia soledad.
Leer, olvidar, no saber, no juzgar, no esperar,
no querer, no desear, y solo notar las seductoras
abejas libando en las flores de tu tumba.
El cisne flota sobre ennegrecidas aguas.
Lobos acechando y caballos sin jinete.
Duerme, poeta,  en la última habitación
de los oscuros palacios de invierno.

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