Todo pasa, nada es envano,
nada es accidental, todo
conspira en la alborada.
En el momento justo
en la alborda, en el límite
de la noche y el día
galopan nuestros sueños,
y el amor nos abraza.
La limerencia nos atrapa
en el encanto prodigioso,
que nace en cada alborada,
somos hechizo de amor, atado
desde lo mío, lo tuyo, lo nuestro.