(1960)
#Mexicanos #Mujeres #SigloXX #SigloXXI de Después del sueño (1960)
No la noche. Ni el telegrama urgente. Ni las ojeras grises. Ni las plazas en llamas. El amor es un lirio
Como te decía, mi pequeña Mariana… Al único que no hemos podido inter… ¿Se refería tal vez a que los sueñ… Eso, mi querida Mariana, presient…
La luna vieja reflejada sobre el p… yendo a pasear de la mano entre lo… De la mano del viento en las plega… entre el negro horizonte de los ca… La luna yendo a hablar, a interrog…
Nada de nuevo al mar podemos darle que los restos de todos los naufra… Su lindero infernal nada permite Bajo el secreto de las viejas alga… Todo se ha dicho ya.
Saludable será que nuestro cuerpo reconozca sus límites hasta encauzar sus vértigos, que nuestro cuerpo vaya por los la… pretendiendo flotar,
Escucho a Bach consciente de que esa piel que te… es la misma que ahora me circunda que me llena de lirios navegantes, porque no somos dos
Va el hombre con su hermano asesin… y el viento no ha perdido la costu… de modelar el mar. A veces una lágrima le advierte pero no siente ya.
Hay un abismo blanco en todo lo qu… y un enorme vacío para llenar el m… un insondable pozo de inocentes pa… y arrecifes de estrellas junto a t… Hay puentes de magnolias en todas…
Eres sólo el reflejo del reflejo de otro espejo que está dentro de ti. Y el más oculto de tus espejos,
Dejaste de contar con la sorpresa o sin duda fue ella quien dejó de asomarse por los huecos del tiempo. Dejaste de atisbar a la sorpresa
Es que alguna mañana despertamos, y ya no padecemos por lo que tanto ha muerto. Nos vamos poco a poco cubriendo en polvo de oro
Si no viene hoy te sacaré de tu sombrero cordobés como si fuera un palomo de alas ní… Si no vienes hoy arrojaré tus cart… para mirarlos destrozados por la h…
Para decir azul no es necesario tener el cielo entre las manos, basta lavar el alma cada día y arrancar al amor lo extraordinar… Para excavar la luz ya no es preci…
Has bajado el telón porque una man… de duda ensombreció los escenarios… Un héroe mutilado violaba los cadá… y las hembras mojaban lentamente sus cabelleras en el mar.
Mi mano en el espejo es algo más que un paso derrotándome la carne. Brillan sus cinco dagas temerosas como excavando letras vírgenes en la cera imantada del silencio.