Carlos Vélez López

Extraña

©VEC 2022

Eres extraña,
tanto como esta historia sucedida,
algo así como si la vida misma
quisiera decirme que no eres para mí
y te hace mía.
 
Te juro que no lo esperaba,
imaginaba solamente tocarte un día
siendo la travesura de un momento
impensado, inimaginable,
que en verdad no sucedería;
como si por la realidad transitaran
a pie andante cada deseo sublime
del hombre que sueña su entrega
en una mujer que le cautiva,
le desenfrena, le hace mitigar la imaginación
con sutiles momentos de placer
y le respondiera a su amor,
el que ella ignora,
el que existe en él y calla,
por ser impropio, por el qué dirán...
 
Pero lo sabes ahora,
y ya no hay vuelta atrás;
en el ajedrez de este azar
encuentras un corazón expuesto
ante una reina letal que domina el juego
de esta locura que comienza en un sueño
que en tus labios se hizo fugitivo,
con el alfil de los deseos
recorriendo de esquina a esquina
la suavidad de tu piel, acariciando tu cuerpo,
colocando mis dedos sobre tu ser
a partir de tu cuello bajando tu espalda
mientras estoy en ti,
despiadándome tú con tus caderas
en pasiones desahogadas
que apetecías sobre mi...
 
¿Quién diría que tan extraña historia
pueda contarse un día a quien no conozca nada
de ti, de mí, de lo que rodea nuestro hábitat
y tu extraña presencia en mi vida
que es extraña de por sí?,
 
¿Quién pensaría que los latidos breves,
casi imperceptibles, provienen
de quien a juicio recurrente no se creería?
 
¿Qué podría ser más difícil?
¿Callar por siempre que ha sucedido o simplemente olvidar?
 
Es extraño todo esto,
no te lo niego, es la verdad,
pero descuida, ¡Gracias!,
vive tranquila que no pasa nada;
me haré de humo para disiparme
en el viento saliente de tu ventana,
me convertiré en agua que se diluye
por el torrente de la distancia y cumpliré,
te juro por mis amores,
con la palabra de ser de ti lo que quisieras,
anhelaras, pidieras o negaras que fui;
me vestiré de recuerdos
que seguro estoy no tendrás,
pensarás en mí solo por casualidad
y sin vestigio de la historia más extraña que viví;
me vestiré de indiferencia,
regodearé en desinterés,
me nombrarán 'poca importancia’ tus confusiones
y me perderé
en una anécdota que no existe, la que no sucedió,
que esquivarás a sugerencia y en tus oídos,
cual no hubieses vivido dirás sin reparo, ni celo, ni duda
es invento, rumor, alegato,
un cúmulo de improvisaciones que,
sí nos vieron, nos encontraron,
sin prueba alguna, ni testigos de lugares,
horas ciertas, suspicacias, ni menciones,
insistiremos en lo que nadie sabe, ni sabrá...
 
...Y de la historia donde se queda el sentimiento
que en mi corazón hoy se apaga
harás un gesto profundo en tu mirada
de demencia, irrelevancia,
incrédula para los ajenos
hasta al punto mismo de decir
que te suena muy extraña.

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