¿Dónde estaría yo de no haber sido
Éste que ahora deambula en corredores?
¿Sobre qué sombra busco los rigores
De la luz en las puertas del olvido?
¿Dónde estaría yo sino en la nada,
En el polvo, en el oro, o en el sueño
De aquel que se aproxima con empeño
Y paciente me acerca hacia su almohada?
¿Dónde, sino en la noche, la silueta
De mi sombra recorre la entrañable
Belleza de otra sombra, cruel saeta
Que en tan sólo un instante me sorprende?
¿Dónde mi larga muerte se desprende
De algo tan hondo, oscuro, inevitable?