Crujen las cartas en tus manos
son estuarios de letras serenas
ancho tiempo que se fue
y dejo estas esquelas sin sombra.
En cada calle
en cada lucha
en los gritos,
que arrastra impiadoso,
este territorio fatigado.
En esta vastedad solitaria,
los hombres y las mujeres
sienten las mismas cosas.
el hueco en las líneas de vida
las manchas indelebles,
que nunca desaparecen.
Ventanas semiderruidas
y en penumbras.
Todo fue desmayado intento
indeclinable destino,
que decide por sí mismo.
Crujen los pliegos cosechados
y en esos campos labrados de deseos,
Laten,
lloran,
o ríen
eternos... infinitos
todos los recuerdos.