Carlos Brid

TODOS LOS MARES

Todos los mares se parecen
el de acá es azul y hechiza,
y el del sur también cautiva,
tiene el verde de la siembra.
Pero de noche no se ven los colores
solo se siente su vastedad
su profunda y oscura alma
que le dio los siglos desde el inicio,
Su soledad y su vientre de la vida.
Todos los mares si pudiesen hablar
dirían las mismas verdades,
que un adiós
en su crepúsculo,
querrra que la noche
se lleve entre rayos
todas las lágrimas
y deje en la tierra
surcos y caminos
y lagos de lentejuelas
un terruño de tiempo
un brillo de abrazos
una indeleble huella.
líneas de la vida,
sembradas otra vez
para cuando una mano
roce en la brisa
y se mezclen las arrugas
y siembren perdones.
—Eso sí!
Si estamos de acuerdo
Y nos reflejamos en las mismas olas,
Entonces
Rescatemos del arcón
las barcazas en las nubes
la magia de los faros
la confesión de la bruma
el verde y el azul profundo
las rocas que esconden la mica
el beso de la sal en nuestros labios
el mapa de las minas de pasión
el hipnotismo de la cruz del sur
—y no reguemos la locura!
no la miremos como ayer
hoy está escondida
vieja y fea, exigua
porque nunca cosecho
belleza de tiempo
hoy es un loco cometa
con dislocados flecos
sin brújula ni velas.
—Da risa verla!
casquivana y sin dientes
seduciendo a la nada
—sin fuerza ya!
para enloquecer las discusiones,
—Sin luz casi!
para cegar las razones
—Sin ardides crueles!
para confundir las palabras
no volvamos a creer
en el elixir del orgullo
ya esta viejo
despintado
sin lustre
con los pies de barro
Y herrumbre en la cintura
con miedo de matarse
—Da risa verlo!
con temblor a caerse
de su cielo inventado
que nunca fue azul
que nunca fue claro.
—Hagámoslo!
Pintemos las rosas
Juntemos los cardinales
viajemos en el aire
sin dudas ni amarras
Y un día en la aurora
El sol saldrá a la misma hora
en todos los mares
Y la poesía y el candor
besara las playas,
disipara las sombras
y los males maltrechos
derrotados
se irán con sus odios lejos
Será el quebranto de cristales
El apocalipsis del silencio
Y asomara
de punta a punta la risa
Y también el llanto
que a veces se parecen
y se vestirá La mesa
con el olor de los panes
como antes
como cuando la escarcha unía
y los leños hablaban.
Pensemos ese día
dibujemos costas de papel
laberintos de pastizales
y torcazas eclipsando el hastío
sin filibusteros ni circes rondado
sin cañones apuntando al iris
solo risas y llantos
Y a veces suspiros prolongados.

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