Las paredes regocijan de tanta belleza,
al recordar solo su nombre,
te recuerdan como felicidad en la noche
y como tristeza de este hombre.
Te gritan y tiemblan de solo recuerdos,
piden aún el deseo para el regreso,
de tan bello cuerpo, tan hermoso rostro.
Recuerda sus esperanzas aún no han roto,
aún esperan cumplir ese vuelvo pronto.
Mientras el papel llora, él lo botó,
volvió a suceder, otra vez volvió a descender.
Comienza otra vez la historia del había una vez
un hombre que deseaba fallecer.
Votaba para ver si debía botar su papel
de hombre en la tierra y convertirse en historia,
solo ser recordado como otro que vivió como escoria.
Ser un hombre de miles en un millar de millones,
ser otro que no pudo cumplir sus intenciones,
aquel que decidió elegir las sogas, la cuerda.
Era un buen hombre sin problemas la historia no concuerda
¿Por qué suicidarse?
¿Por qué así su vida terminase?
¿El desde haya de la vida podrá vengarse?
Lamentablemente a los que dejo solos les hizo gran daño y nunca podrá disculparse.