Ayer, toda la noche
hasta las doce,
fuimos ese beso
Incandescente e histérico.
Ahora,
toca el timbre,
la madrugada en pijama
viniendo con el diario en la mano
y su color escarlata.
El sol en puerta.
Solo somos sombra de lo que éramos.
No obstante, puede ser
un placebo o/y la trampa más hermosa.