A MI PRIMERA NIETA: GLORIA PATRICIA
Recibe mi bandera; te la entrego
como el viejo soldado al nuevo entrega,
un poco maltratada por el fuego,
la enseña inspiradora en la refriega.
¡Andar sin luz, tristeza es para el ciego,
y nunca quiero yo que tú andes ciega!
Las muy viejas virtudes te las lego,
cultivadas en casa solariega.
Cuando el tiempo te trueque en una abuela,
les brindarás a tus retoños nuevos
todo el milagro de tu amor profundo
para que los preceptos de esta escuela
para siempre se cumplan en los evos
del calendario, hasta el final del mundo.