Recogido por Esteban Peicovich en su libro "Borges, el palabrista"
#Argentinos #PremioCervantes #SigloXX
El hilo que la mano de Ariadna dejó en la mano de Teseo (en la otra estaba la espada) para que éste se ahondara en el laberinto y descubriera el centro, el hombre con cabeza de toro o, ...
El mar. El joven mar. El mar de… y el de aquel otro Ulises que la g… del Islam apodó famosamente Es-Sindibad del Mar. El mar de g… olas de Erico el Rojo, alto en su…
La larga postración lo ha acostumb… a anticipar la muerte. Le daría miedo salir al clamoroso día y andar entre los hombres. Derriba… Enrique Heine piensa en aquel río…
Recordar a quien duerme es un acto común y cotidiano que podría hacernos temblar. Recordar a quien duerme es imponer a otro la interminable
Sólo una cosa no hay. Es el olvid… Dios, que salva el metal, salva la… y cifra en su profética memoria las lunas que serán y las que han… Ya todo está. Los miles de reflej…
Los sueños son el género; la pesadilla, la especie. Hablaré de los sueños y, después, de las pesadillas. Estuve releyendo estos días libros de psicología. Me sentí singularmente defraud...
Se perdió el laberinto. Se perdie… todos los eucaliptos ordenados, los toldos del verano y la vigilia del incesante espejo, repitiendo cada expresión de cada rostro huma…
Encorvados los hombros, abrumado por su testa de toro, el vacilante Minotauro se arrastra por su erran… laberinto. La espada lo ha alcanza… y lo alcanza otra vez, Quien le di…
Si las páginas de este libro consienten algún verso feliz, perdóneme el lector la descortesía de haberlo usurpado yo, previamente. Nuestras nadas poco difieren; es trivial y fortuita la...
Una de las dos calles que se cruzan puede ser Andes o San Juan o Bermejo; lo mismo da. En el inmóvil atardecer Ezequiel Tabares espera. Desde la esquina puede vigilar, sin que nadie lo ...
Un hombre ciego en una casa hueca fatiga ciertos limitados rumbos y toca las paredes que se alargan y el cristal de las puertas interi… y los ásperos lomos de los libros
Aquí también. Aquí, como en el ot… confín del continente, el infinito campo en que muere solitario el gr… aquí también el indio, el lazo, el… Aquí también el pájaro secreto
Quiero dejar escrito, acaso por primera vez, uno de los hechos más raros y más tristes de nuestra historia. Intervenir lo menos posible en su narración, prescindir de adiciones pintores...
Iba y venía, delicado y fatal, cargado de infinita energía, del otro lado de los firmes barrotes y todos lo mirábamos. Era el tigre de esa mañana, en Palermo, y el tigre del Oriente y e...
Desde uno de tus patios haber mira… las antiguas estrellas, desde el banco de la sombra haber mirado esas luces dispersas